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jueves, 8 de febrero de 2018

Ultraviolet (2006). Also starring: los abdominales de Milla Jovovich



Si hay un tipo de película que siempre me despierta más curiosidad son aquellas que por algún motivo, fracasan estrepitosamente tras haber invertido una cantidad más que importante en su producción ¿Qué pasó entonces? ¿Por qué una de Michael Bay sigue haciendo caja como si no hubiera un mañana mientras otras se quedan en el camino? Y lo más importante, ¿Quedarán olvidadas o se acabarán convirtiendo en una cinta de culto? También es cierto que hoy no es tan sencillo encontrarlas en televisión: los canales destinados a cine reducen mucho su catálogo limitándose a menudo a las que hemos visto mil veces, y en las cadenas generales…bueno, de vez en cuando la Sexta sorprende con alguna cosilla, aunque ahora también me volví más selectiva y no tengo paciencia para ver una película con cortes publicitarios. Les queda, en cambio, el nicho de las plataformas, donde ver su cartel en una pantalla y pensar “eh, esta no la he visto” es muy similar a un videoclub.

 

Ultravioleta fue uno de esos casos: una vistosa producción del 2006, que aparentemente apostaba sobre seguro: Milla Jovovich, ataviada con un vistoso traje, realiza acrobacias en un decorado igualmente vistoso con un estilo muy parecido al de Resident Evil. El argumento que motiva la sucesión de peleas es el de un improbable futuro, en el que un virus ha infectado a su población con una enfermedad muy similar al vampirismo. Separados y exterminados, la sociedad vive aterrorizada por la nueva plaga, permitiendo la llegada de una dictadura impuesta por médicos y marcada por el miedo a las enfermedades. Violet es una de los primeros infectados, organizados ahora en una especie de resistencia que intenta sobrevivir mientras sus enemigos desarrollan un arma que puede acabar con ellos definitivamente. Aunque esta es muy distinta a la que Violet, encargada de robarla, esperaba, y puede que esta suponga no una amenaza, sino una oportunidad de curarse.


En papel suena interesante, pero en realidad esto podría resumirse en “Milla Jovovich es una supervampiro del futuro que combate médicos y soldados vestidos de ninja en un decorado digital”, y sería más adecuado a lo endeble de la historia. Esta es apenas un esquema para justificar una estética que intenta ser lo más vistosa posible, y que carece de algo que para una producción fantástica es muy importante: la lógica interna. La premisa puede ser todo lo absurda que quiera, mientras mantenga cierta coherencia o credibilidad dentro de su escenario…que aquí falta. Se habla de una enfermedad, similar al vampirismo, cuyos efectos, salvo los personajes que dicen estar infectados, no se notan. Es más, la enfermedad de marras parece dotarlos de una salud más que razonable y unos superpoderes bastante efectivos, y en ningún momento dan la impresión de desesperación que le correspondería a un grupo perseguido y acorralado. Los antagonistas parecen haber gastado más en decoración minimalista que en motivaciones, limitándose a ser los malos y a ofrecer un giro inesperado, y tan sacado de la manga como el resto del argumento de cara a ofrecer un desenlace vistoso.
 
 
En realidad, el objetivo de la película parecía ser el parecerse lo máximo posible a un cómic. Y los créditos son toda una declaración de intenciones al respecto: son una de las partes mejor montadas de la cinta, donde se ilustran a base de portadas imaginarias sobre el personaje en distintos estilos, desde el clásico de superhéroes hasta el más moderno, pasando por la ciencia ficción clásica. Estos también sirven para ir reconociendo a su protagonista, que, como personaje de comic, se caracteriza por un aspecto muy concreto. En este caso, flequillo, gafas tintadas y un jersey de cuello alto con la tripa al aire a partir del cual se construirán las distintas variaciones durante el resto del metraje. Su pelo y su vestuario cambia, sin motivo concreto, del negro al violeta, del blanco al rojo, sin más objetivo que el de ofrecer contraste con un escenario y con unos enemigos que también son derrotados de una forma muy particular: tras una escena de lucha muy vistosa y un giro de espada, se caen de maduros sin el mayor asomo de sangre ni violencia.
 
 
La idea resulta muy teatral y efectiva, y esta estética, con sus juegos de colores, su tecnología imposible explicada de golpe y porrazo para justificar alguna toma vistosa, y su diseño estrafalario, acaban convirtiéndose en lo más interesante de una película a la que le falta algo importante: un armazón que sujete de forma efectiva los excesos visuales. Querían hacer algo parecido a un cómic, pero olvidaron que uno, o al menos, uno bueno, es algo más que viñetas vistosas y una heroína pensada para el público masculino.
Otras películas con premisas igual de extrañas, como Bunraku o Snowpiercer, con sus aciertos y fallos, consiguieron “ser un comic”. Ultraviolet, con sus coreografías y un final un tanto abierto y un monólogo donde la heroína jura luchar contra los malvados del mundo (en una posible secuela), se quedó a mitad de camino. Sorprendentemente, esto no la convierte en una película mala como tal. Fallida quizá. Floja, también, pero cuenta a favor con algo tan simple como un metraje muy ajustado: lejos de los montajes mastodónticos habituales, se queda en una escasa hora y media, con la que, por suerte, ni a su argumento ni a su estética les da tiempo de aburrir al público.



2 comentarios:

Kaoru dijo...

¡Hola! ¿Y si te digo que yo veo a Mila Jovovich en el cartel y ya me echa para atrás? No por nada, que la tía es fantástica, pero tiene muchas pelis todas del mismo palo y no hay demasiadas que parezcan rebosar calidad.
Me encanta que hayas mencionado Bunraku. No es especialmente buena, pero me la gocé mucho por Gackt (y eso que actúa fatal, pero le quiero XD) y creo que es bastante divertida.

Renaissance dijo...

Bueno, en esa década su especialidad era salir pegando patadas y acrobacias...En El quinto elemento y la primera Resident Evil me gustó, despues la cosa cambió mucho. Y solo hace falta verla en esa versión de los Tres mosqueteros que circula por ahí.
Bunraku es fantástica. Visualmente es una locura, es divertida, original y tiene uno de los castings más demenciales que haya visto nunca XD

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