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lunes, 29 de junio de 2015

Obituario: Patrick Macnee



Hoy el nombre de Los Vengadores hace pensar en Thor, Hawkeye Iron Man y en una de las películas más taquilleras de Disney y Marvel. Pero antes de que el grupo de superhéroes fuera conocido para el gran público, este título también hacía pensar, y a veces en primer lugar, en la serie protagonizada por un dúo de agentes británicos: John Steed y Emma Peel, y concretamente, en los actores Patrick Macnee y Diana Rigg.

 


Rigg continúa su carrera, siendo reconocible por el público más joven gracias a su papel como Olena Tyrell. Pero su contrapartida en Los vengadores, Patrick Macnee, falleció este pasado jueves. En ambos casos, fue en esta serie su papel más conocido. Aunque esta había empezado más de cinco años antes, con un carácter detectivesco, y varios cambios en los actores principales y en el estilo, fue la etapa comenzada con John Steed, el personaje de Macnee, y especialmente, la temporada junto a Emma Peel, la más popular.
 


Con ellos quedó perfilado el estilo de la serie y la época más recordada por todos. En la que una pareja de agentes secretos se enfrentaban a todo tipo de asesinos, delincuentes y espías de otros países con un estilo muy particular: durante esa etapa la serie estuvo dotada de un humor muy particular, un tanto marciano y muy imaginativo. Gran parte de sus argumentos, por lo extravagante del punto de partida me recordaba muchísimo a los relatos de Gilbert K. Chesterton: El señor Steed y la Señora Peel se enfrentaban a espías que nunca mencionaban su país de procedencia, bandas capaces de enviar a delincuentes al pasado e incluso científicos capaces de manipular a los gatos. Aunque siempre acababa existiendo una explicación lógica y realista, al igual que en los textos de Chesterton, lo fantástico, el absurdo y el humor siempre estuvieron muy presentes.

 


En realidad calificarla como realista es algo muy poco acertado: el propio estilo de Los vengadores se alejaba de cualquier estética que pudiera ser reconocible: en parte por presupuesto, en parte por las restricciones a lo que podría aparecer en tv, en sus escenarios casi nunca aparecían figurantes: esto hacía que los personajes se movieran en un mundo muy irreal, donde las calles estaban desiertas y a estas se le notaba su condición de decorado. Un decorado tan alejado del mundo real, con unas situaciones tan particulares y un par de protagonistas cuya actitud, caracterización y vestuario era también tan especial que la serie acabó desarrollando un mundo propio, con su sentido del humor y un tanto onírica, alejada de cualquier elemento que pudiera parecer realista.

 


¡Gaticos! ¡Un episodio sobre gaticos!

A finales de los noventa esta tuvo su versión cinematográfica, durante una época en la que, además de parecer de estar de moda los sesenta, muchos estudios se dedicaban a rehacer series de la década con estética de blockbuster…bueno, un poco como lo que pasa ahora con la nostalgia ochentera, pero durante esa temporada hubo versiones de Wild Wild West, El santo, y unos Vengadores, protagonizados por Ralph Fiennes y Uma Thurman, que al igual que las anteriores, apenas si alcanzaba el nivel del material en el que se basaban.

 


Este año la entrada de obituarios está creciendo más de lo que debería. Se han despedido actores y escritores que de un modo u otro, me han gustado, entretenido o emocionado. Y Patrick Macnee fue uno de esos casos: conocí su serie gracias a alguna reposición muy temprana en tv2, de forma casi anecdótica, y después, gracias a uno de esos canales, hoy transformados, renombrados y probablemente desaparecidos, de la televisión por satélite. Creo que había sido el Canal Palomitas, que solucionaba su programación de tarde gracias a la serie de Patrick Macnee, la primera temporada de Star Trek y La nueva generación, y que, al igual que hoy el canal Boing, solía tener de fondo cuando tenía la tv encendida. Y donde, además de descubrir con algunas de sus películas personajes tan específicos como Diabolik, el ladrón de guante blanco, pude descubrir una serie de la que solo llegué a ver una temporada, quizá la más emblemática, pero gracias a la cual hoy puedo reconocerle a su protagonista la diversión que me proporcionó durante esas tardes. Y donde, un tiempo después, pude reconocerlo en un cameo en Waxworks, una película de serie B que, exceptuando su aparición, no tiene nada en común con Los vengadores, pero que es igual de entrañable y entretenida.


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