Series de tv, libros, cine...y una constante presencia gatuna

lunes, 28 de enero de 2013

Lecturas de la semana. Escasas también, pero variadas


De nuevo la entrada sobre libros, además de breve, es bastante distinta: una novela de ciencia ficción postapocalíptica y una historia cómica. Porque ha hecho falta una gran cantidad de humor inglés para olvidarse de lo desesperanzadoras que son las ideas de la fantasía en Rusia.


Dmitry Glukhovsky. Metro 2034. Como su nombre indica, es la continuación de Metro 2033. La historia principal de este quedaba ya cerrada y de un modo muy desesperanzador, pero eso no quiere decir que el Metro en el que viven los supervivientes a un ataque nuclear no pueda sufrir nuevas amenazas. En este caso, una plaga altamente contagiosa comienza a extenderse por las distintas estaciones, y Hunter, el mercenario que aparecía como secundario en la primera parte, es el encargado de acabar con la plaga de una forma rápida, que por desgracia para los afectados, implicará un genocidio y limpieza masiva de todos ellos. El señor Glukhovsky habrá conseguido fama mundial y dinero a mansalva gracias a su novela y el videojuego que derivó de esta, pero desde luego, no se ha vendido y sigue presentando su visión pesimista de los humanos y la incapacidad de ver más allá de sus narices.

La primera parte era extensa principalmente por describir de una forma amplia un mundo subterráneo en las distintas estaciones de metro, cada una con sus ideologías. Habiendo cumplido esto, y dado que el lector conoce ya la situación y los distintos tipos de sociedades que se han desarrollado después de la bomba, esta parte se reduce al mínimo por lo que se queda con el viaje de los personajes, el mencionado Hunter, su acompañante cronista y una chica que encuentran por el camino, y las angustias de estos, especialmente en el caso de Hunter, que no parece haber salido bien parado de su encuentro con los enemigos que aparecían en el primer libro. Aunque dicen que segundas partes nunca fueron buenas, y esta no llega al nivel de su predecesora, sigue siendo entretenida y presenta un tipo de ficción postapocalíptica más deprimente y menos divertida que la que suelen ofrecer muchas novelas.

Nicholas Drayson. A Guide to the Birds of East Africa. Drayson se ha especializado en escribir novelas ambientadas en lugares más o menos lejanos (desde el descubrimiento de Australia hasta Kenia) con argumentos tirando a amables. En este caso, el tranquilo dueño de una fábrica de tabaco en Nairobi decide invitar al baile de su club a la guía de su grupo de aficionados a la ornitología. No parecía difícil hasta que un antiguo compañero de colegio suyo hace su aparición y convierte el tema de la invitación en un apuesta: el que consiga ver más especies de pájaros distintas, podrá invitar a la dama al baile.

Como debe ser en una comedia romántica, las cosas se tuercen, y aún en Nairobi el tema de la observación ornitológica se vuelve bastante difícil: al pobre protagonista, un tipo apocado y tranquilo, lo mismo le roban el coche, que tiene que ayudar a alguien que ha perdido su ropa, o corre el riesgo de meterse en un lío a causa de una columna irónica que escribe con seudónimo en el periódico local.

Todo esto contado desde una perspectiva cómica bastante propia de los ingleses, muy absurda y a veces increíble. Contando con unos personajes que peinan canas (muchas. Al menos, los que todavía conservan pelo), la novela tira más a la comedia más directa y a lo entrañable que a una comedia romántica en sí, cosa que se agradece. Y el autor ha acertado de pleno en una cosa: volver a encontrarse con un compañero de colegio al que no se soportaba, pasen las décadas que pasen, es todo un fastidio.

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