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lunes, 2 de julio de 2012

La novia del Diablo (1968). Christopher Lee contra el Mal


¿Qué terrible invocación estarán realizando los mininos?

Dicen que las mejores películas de la Hammer fueron las de la década de los sesenta, aproximadamente cuando terminaron de hacer sus versiones de monstruos que hasta entonces, eran patrimonio exclusivo de la Universal. Aunque en esta época aparecieron las secuelas de Frankenstein, la Momia, y varias decenas de Drácula, una de sus mejores películas no tiene nada que ver con ninguno de ellos.

Cuando los carteles de cine eran todo un arte..

The Devil Rides Out está basada en una novela de los años 30 de Dennis Wheatley, un escritor de la época especializado en sacar librillos de suspense y misterio. Esta en concreto circula por Internet y ya la tengo guardada para ratos muertos, que para eso se inventaron los ebooks. Cuenta la historia de un noble, interpretado por Christopher Lee en uno de sus pocos papeles de héroe, que debe salvar al hijo de un amigo de una secta satánica. Aunque el acompañante del protagonista crea que su fundador no es más que un timador, está bastante equivocado, y Mocata, el líder, además de tener un nombre bastante ridículo, se gasta unos poderes mágicos bastante peligrosos para los protagonistas. A partir de entonces, estos tendrán que ocuparse no solo del incauto chaval, sino de otra víctima de la secta e incluso salvar a la hija de unos familiares por el camino. Ya nos podemos imaginar que las sectas malvadas son bastante aficionadas a sacrificar infantes…



El argumento, visto a día de hoy, es muy clásico: está ambientado en los años 30, igual que el propio libro, y aprovecha bastante bien los escenarios que ofrece el campo inglés y sus mansiones. La novela está adaptada todo lo bien que se pudo con un presupuesto limitado, porque por lo visto, había una parte del libro que incluía una persecución por Europa y que era un poco difícil de representar a golpe de decorados. El estilo es también el de las novelas de aventuras populares de la época: los personajes son todos gente bien, el protagonista es un ocultista aficionado que lo mismo sabe de sectas, que organiza un ritual para defenderse de los adoradores de Satán. Y los personajes, aunque estereotipados, cumplen muy bien su papel en un guión de suspense: un par de chavales en peligro, familiares cercanos, y el amigo del protagonista, un hombre más de acción que este último que sin embargo, no pone en duda ninguno de los métodos de este. Tal y como lo llevan, no es nada malo, porque el resultado es una buena película de terror, quizá para los cánones de hoy muy descafeinada, pero para los que nos gusta la Hammer, es de lo mejorcito. Y eso que no sale Peter Cushing, cosa que para mí le resta puntos.


A nivel de realización, también cumple, aunque hay que tener en cuenta las limitaciones y el tema de efectos especiales: teniendo como antagonista a un tipo con poderes, no queda otra que demostrarlo, cosa que algunas veces consiguen bastante bien, a base de trucos muy sutiles, como el que este sea capaz de invocar una niebla o volver opaco el cristal de un coche. A otras escenas, en cambio, se le notan más los efectos especiales artesanales, como el juego de tamaños para hacer aparecer una araña gigante, o en el peor de los casos, la ceremonia satánica con la aparición de un Baphomet un poco de atrezzo. Hay quien considera esto pobretón, pero teniendo en cuenta la película, el año, y sobre todo, la aparición de grandes como Christopher Lee o Charles Gray, que llenan la pantalla, a mí me parece hasta entrañable.



¡Somos una secta!

Quizá el detalle que ha envejecido peor es el tema de la magia negra enfocado desde el punto de vista del satanismo: a día de hoy, por mucho que se empeñen, un tipo invocando al demonio y otro deteniéndolo a base de crucifijos no da mucho miedo. Quizá sea porque en estos tiempos quedan más inquietantes los bichos de Lovecraft, que si nos ponemos puristas, no hay símbolo que los pare, o que el demonio y la iglesia dejó de dar miedo en los setenta. Y probablemente, lo más cómico de esto sean los trajes ceremoniales de la secta: en los sesenta tendrían su pase, pero hoy es muy difícil que nadie pueda ver a un tipo con una túnica hasta los pies de color morado sin recordar el chiste de la Batamanta.

4 comentarios:

Ex Nihilo dijo...

¡La apunto para verla con Horror Rises from the Tomb en una sesión! Aprovecho para comentar que había una colección de DVDs (de mangafilms, creo recordar), mayormente de serie B, llamada 'cine satánico'. Como maniobra comercial de cara al mainstream un poco de dudoso valor, pero oye, no sé si seguirán vendiendo pero en su momento por 1€ o así en las cestas de saldo de tu centro comercial de referencia te podías hacer con 'clásicos' como Gothic de Ken Russell o The Devil's Rain (¡¡con William Shatner!!).

En ésta Lee parece que sale con mucha 'swag'. Y lo de la batamanta no es una tontería. La batamanta púrpura es la propia de emperadores y gobernantes, ¿qué mejor snuggie que ella para recibir a Baphomet? Por otra parte, ¿aacrificaron al perro del vecino y se lo comieron a la brasa?

Nof Low dijo...

Renaissance: Christopher Lee es garantía de que la película siempre merece la pena un poquito. Si le sumas un Baphomet apareciendo en el cotarro, más me llama la peli todavía. Anotada, como dice el de arriba.

Ex Nihilo: Es que SatanMedia parte muy fuerte el bacalao. Ese logo al comienzo de cada DVD es puro amor. Por cierto, se te ha olvidado mencionar que Devil's Rain también es la "primera aparición" de Travolta en el cine. *cof-cof*

Ana. dijo...

Para mí este tipo de películas tienen mucho encanto y es más el recrearme en la ambientación, por la ropa y decorados, que la trama en sí, que bueno, si está bien, pues mejor.

Christopher Lee me encanta. Es uno de esos actores que me traen muy buenos recuerdos de un cine tal vez no muy apreciado, pero que a mí me encantaba. Ya comenté que su aparición en LA INVENCIÓN DE HUGO me produjo mucha alegría. Además hace perfectamente de un tipo de librero que desde LA HISTORIA INTERMINABLE me gusta mucho: excéntrico, misántropo y un tanto amenazador.

A los mininos, en efecto, se les ve con ganas y actitud de conspirar.


Besos!
Ana.

Renaissance dijo...

Ex Nihilo: Hala, si Horror rises from the tomb también la había visto hace tiempo, en plan homenaje póstumo a Paul Naschy. La verdad es que no me convenció mucho, casi prefiero La rebelión de las muertas porque esa es puro desvarío (¡sectas hindúes!¡vudú!¡zombies!¡qué más quieres, Clodoveo!).
En La novia del diablo, el perro del vecino está a salvo. Pero uno de los demonios que aparecen es un tipo a caballo y un baphomet con careta. Se ve que es una rama del satanismo que ofrece un completo dominio del papier-maché.

Nof Low: yo sigo siendo más fan de Peter Cushing, pero esta está muy bien muy bien. No solo de argumento, sino de realización. Hasta le faltan los defectos típicos de la Hammer.
La colección esa de dvds no llegué a verla, hace un montón que no paso por grandes superficies, pero con lo que me está costando encontrar cine de serie b y z en castellano (maldito megaupload), tendré que volver a buscar cestas de todo a un euro.

La Minomalice: esta es una curiosidad porque es de los pocos papeles en los que sale haciendo de protagonista, y sobre todo, de bueno. Y de la ambientación y vestuario, les queda incluso mejor que las versiones más góticas de Drácula.
Lee ha trabajado un montón, para bien y para mal, pero hay que reconocer que sus últimas apariciones, aunque en ocasiones sean cortitas, como de librero en Hugo, o dándole voz a la Muerte de Mundodisco, son de las mejores.

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